you´ll never walk alone

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martes, 11 de noviembre de 2008

SENTIMIENTOS

Pasos en la oscuridad, la noche. Flashes. Dolor. Perdida.
Extraños sentimientos rondan mi mente. Batas, llanto, maquinas.
No siento nada, casi no pudo moverme. Hay dolor, pero es extraño. Sentir y no sentir. Parece que el tiempo se para, pero en su contra pasa rápido, avanzas lento pero seguro, constante.
Otros flash, una nueva habitación, hay mas luz, parece que hay cierto movimiento, avanzas un poco mas rápido, aprendes cosas nuevas, un mundo nuevo, una vida nueva. Creo que alguien me da una segunda oportunidad, pero hay pocos recuerdos de esa noche, solo vacio, quince metros de vacio y después solo oscuridad. Ahora hay gente a mí alrededor, mas batas, pero si esta vez hay más luz, puedo salir, ver el exterior. La ciudad ha cambiado. Yo también.
Los llantos han acabado, veo caras de preocupación, parece que tienen miedo a decirme algo. Lo que no saben es que yo ya lo se, soy consciente, puedo sentirlo aunque parte de mi haya dejado de sentir. Algo se ha roto dentro de mí, pero ya no hay dolor.
Estoy aprendiendo a moverme, a descubrir mi cuerpo, a comprenderlo.
El tiempo se acelera, las imagines son cada vez mas rápidas y difusas, pero y vuelvo a sonreír, los que me rodean vuelven a sonreír. Cada vez hay más claridad.
Otro flash, vuelve la oscuridad, pero ahora es distinta, estoy bien, y relajado.
No creo reconocer este sitio, casi no recuerdo que ha pasado hasta el día de hoy, hasta el momento de hoy.
Las cortinas dejan pasar algo de luz, me pregunto que encontrare tras ellas.
No se donde estoy, pero tengo la sensación de que algo me falta. Voy a retirar las cortinas a ver que hay detrás. Ya se lo que me falta, estoy atado a la cama. No puedo moverme.
Intento escuchar por si hay alguien conmigo, la cama esta vacía, la habitación esta vacía.
Intento recordar que sucedió.
Recuerdo la noche, recuerdo a los amigos, recuerdo hablar con alguien, y recuerdo su frase: "Me das lastima"
Mi enfado, lastima por que, yo soy feliz, disfruto de la vida, puedo hacerte disfrutar de la vida.
Acaso tú puedes decir lo mismo.
Su actitud cambio, sus facciones también.
Crees que puedes enseñarme. Por supuesto le dije. Y me llevo con ella.
Más flashes, las imágenes empiezan a sucederse y a tomar forma en mi mente.
Un piso, fue fácil subir. Una casa fue fácil entrar, una cama, fue fácil meterme. Pero tengo la sensación de que a pasar de mí tranquilidad no va a ser fácil salir.
Se agacha, se acerca a mí. Sus ojos están a la altura de mis ojos, sus labios cerca de los míos. Puedo sentir como su corazón palpita, ella no sabe, tiene miedo, no cree que sepa lo que yo le puedo dar.
Me acerco ligeramente, pero ella me empuja hacia atrás. He chocado contra la pared, menos mal no he caído.
Se pone enfrente de mí y sensualmente va desabrochándose los botones de la camisa.
Es una mejor preciosa, ya puedo empezar a ver el dibujo de sus senos.
Crees que puedes estar a mi altura. Me reta
Ahora lo comprobara.
No se ha quitado la camisa, solo la ha desabrochado, se acerca. Ahora ya puedo sentir el roce de su cuerpo contra mi cara, puedo sentir su calor. La cojo de la cintura.
A siento en mi regazo, y suavemente comienzo a besarle, a acariciar su espalda, a través de su camisa. Me sobra será mejor que se la quite.
¿El sujetador? También fuera.
Siento como su respiración se acelera, veo sus labios. Suaves, rojos, carnosos. Ya son míos.
Un ligero mordisco, un ligero roce, un suave.....je no pude seguir, ahora siento su lengua, su calor.
Me empieza a subirse la camiseta, mejor será que me la quite.
1, 2, 3,4 La misma pregunta de siempre. Bueno mejor dicho las mismas preguntas de siempre, siento su mano recorriendo mi espalda, en mi columna subiendo poco a poco, comprobando la forma, el detalle del corte.
¿Cuantos puntos te hicieron? 47 grapas. Puedo Verla. Si claro.
La otra pregunta.
¿Que es?, Un unicornio, al lado pone unicorn.
Lo hice ya hace mucho tiempo, después de escuchar una canción, que hablaba de la perdida, de la búsqueda, de la añoranza por el amor perdido.
Sera mejor que retome el asunto otra vez, o el ambiente se va a enfriar.
La cama, es sencillo pasarse.
¿Alguna vez te han atado?
Vaya la pregunta que me hace, la verdad es que si, pero ya hace mucho tiempo.
La miro, ha cogido sus medias. Me mira con sonrisa picarona. Miro a mi vera. ¿Crees que puedo escapar de aquí?
Ya se por que no puedo escapar de la cama, espero que alguien venga pronto.
Se acerca sobre mi, siento su cuerpo sobre el mío, ya no me queda mas ropa que quitar, a ella tampoco. Me besa, siento sus labios recorriendo mi cuerpo, suaves cálidos.
La observo. Ya no siento nada, solo recuerdos de un pasado ya lejano, recuerdos placenteros, me dejo llevar por ellos, y mi corazón se acelera.
Miro como me acaricia, miro como besa mi cuerpo, como acaricia mis piernas.
Recuerdos bonitos, pero dolorosos por la perdida, será mejor que actué. La cojo suavemente, pero con fuerza. La echo a mi lado. Ahora me toca a mi, besar, morder, acariciar.
Ahora recuerdo esas horas aprendiendo a moverme, a deslizarme, a cambiar de sitio en una cama. Ya es muy fácil.
Besos sus piernas, acaricio su piel, subo hasta su estomago, sigo mi camino hacia sus labios, hacia su lengua, hay tiempo, no hay prisa.
Sus senos, sus labios, su cuerpo, su ser es ahora mío. Siento como se acelera su respiración, como sube su ritmo. Esta cerca, lo presiento. Me echo al lado suya, y la abrazo. Mi cuerpo se funde con el suyo, somos solo uno.
Me muevo, la muevo con mis brazos, siento como poco a poco todo vuelve a acelerarse, cada vez, mas y mas rápido.
Entonces una explosión. Je. Veo la satisfacción en su rostro, una ligera sonrisa. Cuando me vine a dar cuenta ella estaba encima mía, otra vez.
Sentía el peso de su cuerpo sobre mis caderas, veía como su cuerpo se movía sobre mi. Mas recuerdos, mas memorias del pasado. Puedo cerrar los ojos y sentir. Pero prefiero mirar, poco a poco vuelve a acelerar. Otra vez, otra explosión.
Su respiración recupera poco a poco la normalidad, esta a mi lado.
Relajada.
Otro flash, muchas imágenes se suceden en mi mente, ha sido una noche larga.
De repente, suenan unas llaves, oigo pasos. Alguien entra en la habitación, y yo allí en la cama desnudo. Una sombra se acerca a las cortinas. De repente luz, mi vista tarda unos segundos en recuperar la vista.
Ella, la de anoche esta delante de mí detrás de ella veo lo que necesito para huir. Una voz.
Veo que no has conseguido Escapar.
Una pregunta, ¿quiero realmente huir de aquí?




P.D: Basado en experiencias y sentimientos reales

NOTREDAME

La soledad de la calle, la soledad de la noche, te hace escuchar un sin fin de ruidos. Poco puedo vislumbrar desde aquí salvo las luces de las farolas y la luz de neón del club. Se abre la puerta. El sonido del jazz inunda el silencio, una pareja sale sin mirar y se alejan.
Puedo escuchar como se quema el tabaco de mi cigarro, a pesar de la gabardina y el sombrero, siento el frio en mis venas. Los indicios indican este lugar, ya pocas opciones me quedan, pues testigos desaparecen, pistas se borran. Ya solo me queda entrar y descubrir que pasa por mi mismo. Pero algo me retiene a la puerta, otro cigarro.
Como llegue a la puerta, buena, ya esta todo ahora solo queda imbuirme en el humo que sale de la puerta en los sonidos lastimeros de una trompeta y el jazz.
Estoy dentro.
Hay varias mesas ocupadas, y en el escenario un hombre sufre su lucha con su música, llora aquellos tiempos pasados, el jazz tan triste y seductor.
El camarero, de unos cuarenta, calvo y muy delgado me observa. Me acerco. Un whisky.
No me gusta pero no quiero desentonar, quiero entrar en el ambiente, formar parte de el. Allí hay una mesa oculta pero cerca del escenario. Me quito la gabardina, hay bastante calor en el ambiente. Otro cigarro, estoy nervioso, siento como mi corazón se acelera, ahora viene lo más difícil: observar.
La noche pasa, ya no esta el trompetista. Ahora suenan los acordes de un piano, mezcla de un mas tristeza, y cierta alegría. El jazz es impredecible. Parece que el humo se ha aclarado un poco, ya puedo vislumbrar mejor lo que me rodea, las paredes llenas de recuerdos de músicos ya pasados, llenas de recuerdos de personas que algún día pasaron por aquí.
Hay tres mesas mas ocupadas, la primera una joven pareja, que se susurran al oído, parecen felices. Ya hace tiempo que no recuerdo ese sentimiento. Veo que el ligeramente le acaricia la pierna, jeje, no traen carabina. No me parecen importantes.
Otra mesa, dos hombres, son los músicos que se van turnando para tomar descanso.
Sigo mi escrutinio, todo parece en tonos oscuros, grises y marrones. Los músicos, la pareja, ella tiene el pelo negro y el parece un castaño oscuro, la camisa blanca del camarero, mesas de una madera oscura, paredes y marcos en tonos marrón, fotos en blanco y negro, el dorado algún viejo instrumento, hasta el gris de mi traje no desentona, entonces.
Mi vista se centro en la ultima mesa, como no me había dado cuenta antes al entrar, por que no me había llamado la atención, solo su presencia denotaba lo que mis sentidos me alertaban, peligro. Allí esta ella, un pelo largo de un rojo intenso cubre ligeramente su rostro, un largo vestido de noche, también rojo, se ceñía a su cuerpo. Con sus piernas ligeramente a la vista se podía vislumbrar un brillo en su piel, cruzadas, sentada, jugando con su copa, la vista concentrada en la música, no veo sus ojos, los tiene ligeramente entornados.
En ese momento me di cuenta de que estaba perdido, no había salida para mi, no habría futuro. Por culpa de ella, por culpa de algo que se rompió en ese momento.
Me está mirando, cuando ha dejado de jugar con su copa. Ya puedo ver sus ojos, me atraviesan, negros como el azabache, labios, rojos como no, dejan escapar ligeramente un pequeña sonrisa, y veo como los humedece lentamente. Pero lo peor no es eso, lo peor es el cariz de su mirada, satisfacción, deseo, lujuria. Se ha levantado, me da la espalda. El vestido la deja al aire libre. Tiene un tatuaje, un pequeño dragón.
Mis sentidos me alertan, parece que estoy cerca pero no puedo reaccionar. Se mueve suavemente hacia el escenario recreándose en cada paso, pero parece que yo solo la veo, nadie parece haberse dado cuenta de su presencia. El pianista simplemente cambia el tono de su música, y ella acercándose al micrófono, comienza a cantar como un susurro, contoneando su cuerpo de forma sensual, recorriendo sus manos por su cuerpo. No entiendo lo que dice, no importa, noto como el deseo empieza a embargarme, no me puedo dejar llevar por los sentimientos. El tiempo parece pararse, la habitación se ha quedado sola, solo sombras me rodean, todo se ha vuelto oscuro y solo una luz me alumbra, el reflejo de los focos en su vestido, moviéndose sensualmente al ritmo suave de la música, ya no soy capaz de distinguir entre blues y jazz, da igual.
La música para, el tiempo sigue sin avanzar, vuelve a mirarme, esta vez fijamente, su mirada me atraviesa como puñales, soy un mero juguete, y voy a ser suyo, no me queda escapatoria. Se acerca, viene hacia mi, debería huir, marchar puedo el sentir el peligro, pero el deseo es mas fuerte. Esta muy cerca, noto el olor del perfume que me embriaga, definitivamente peligro, y un deseo aun mayor, no puedo ya casi controlar mis palpitaciones.
Ven.
Coge su abrigo y marcha hacia la puerta, la gente sigue sin inmutarse, solo parece que el camarero la observa de reojo, lo se, soy su próxima victima, pero el deseo y la necesidad de saber pueden conmigo. Tengo que descubrir, tengo que llegar al fondo y sobre todo quiero volver a sentir ese perfume. Voy con ella, ya ha cruzado la puerta para cuando termino de pagar y coger mi abrigo: Veo un destello de pena en los ojos del camarero, no me esta ayudando demasiado, el sabe, y aun así me deja marchar.
Al subir las escaleras que dan a la calle la oscuridad de la calle vuelve a rodearme, no la veo, pero puedo escuchar el ligero sonido de sus pasos avanzando, adentrándose en la oscuridad. Tengo que seguirla, será mejor que acelere. Ya la veo brillando a la luz de las pocas farolas que aun alumbran la calle, las casas de época victoriana, cerradas, parecen fantasmas a mi alrededor.
La veo girar en una, y subir las escaleras de entrada, me vuelve a mirar, me parece ver una ligera sonrisa. Ya estoy en la casa, parece que unas tenues luces salen de su interior, la puerta esta abierta. Bueno, entrare, ya he llegado demasiado lejos, ya no puedo echarme atrás, aunque quisiese no podría. Las paredes están llenas de velas que alumbran un largo pasillo, al final hay una escalera que sube al siguiente piso. Hay dos puertas cerca de mi, una a cada lado, los muebles demuestran el lujo y el poder de una época ya pasada. Cuadros de personas recuerdan la historia de este lugar.
Una puerta abierta, este será el camino, me da a paso a otra habitación con mas velas, creo que aquí nunca se plantearon el uso de la electricidad, mismo estilo pocos muebles, salvo una especie de canapé, y allí estaba ella sentada pero no estaba sola, había otras dos mujeres con ella, con solo unas ligeras gasas cubriendo sus tersas pieles, podía ver a través de ella sus figuras, sus senos sus curvas. Y Todas ellas me miraban. Lujuria, deseo.
Soy hombre muerto lo se.
Se acercan las otras dos, lentamente. Noto como me quitan mi abrigo, mi chaqueta, mi corbata, noto como sus manos rozan mi cuerpo, frías, suaves. Como un ligero susurro corre por mi piel, noto como la excitación va en aumento, tengo miedo, se que echo mal en venir, pero ya no hay escapatoria. Ya no tengo camisa, sus labios recorren mi pecho y espalda, suaves húmedos. Noto como pequeños como mordiscos, suaves tiernos. Ella también se ha levantado. Me mira se sonríe. Mi excitación va en aumento. Me llevan al canapé, estoy sentado, aun me quedan los pantalones, ella esta delante de mi, no hay palabras, yo no podría ni si quiera articularlas. Me susurra algo al oído, y noto sus labios rozando ligeramente mi cuello.
Su vestido cae delante de mi, ahora puedo ver todo su esplendor, la perfección de su figura, lo terso de sus senos, sus pezones. Se acerca a mi, esta encima de bien, siento la suavidad de su piel, fría como el hielo.
Mis pantalones ya no están, las otras dos mujeres han desaparecido. Ella me besa, recorriendo cada milímetro de mi cuerpo, recreándose, disfrutando. No hay salida para mi esta noche, Solo un ligero dolor, no quiero ni mirar. Pero la curiosidad me puede, tengo marcas de mordisco por todo mi pecho, pequeñas líneas de sangre me recorren y ella las saborea, mirándome con esos ojos, deseo, lujuria. Aunque quisiese no puedo gritar, el deseo me embarga, la pasión, y empiezo a acariciar su sedoso pelo, veo como el brillo rojo se funde con el color de mi piel. Ella esta mas abajo, ya va por mi estomago.
Sus manos acarician mi pene, noto como la excitación ante el suave y frio roce de sus manos va creciendo. Sus labios se acercan, ya no veo. Una cortina de sedosos pelos rojos tapan mi visión, no puedo vislumbrar lo que pasa tras de ella solo puedo sentir. Concentrarme en ver lo que esta pasando con mi mente. Noto la humedad de sus labios, la humedad de su lengua, el ligero roce de sus dientes. Se recrea, noto como me introduce entre sus labios, la profundidad de su garganta. Otra vez dolor, noto como algo cálido cae lentamente por mi piel.
Se aparta sus cabellos, puedo ver sus ojos, sus labios sobre mí, el color de mi sangre manchando su rostro. Su lengua rozándome suavemente. Sus manos acarician ahora mi pecho, su mirada vuelve a centrarse en mí. Se acerca, noto como su el peso de su cuerpo sobre el mío, el roce de su piel, noto su respiración. Sus ojos, otra vez lujuria y deseo.
Me besa, noto sus labios, carnosos, su lengua húmeda, su sabor que se mezcla con el mío y con el de mi sangre. Cada vez me queda menos control sobre mis movimientos, ya solo puedo dejarme llevar. Estoy seguro, he encontrado a quien buscaba pero a muy alto precio.
La intensidad de su beso aumenta, su lengua esta dentro de mí. Y no solo eso. Noto como su cuerpo se desliza hacia abajo, lentamente. Noto como voy abriéndome camino, cálido húmedo, no se si es por ella o por la sangra que cada vez mas estoy perdiendo. La intensidad de sus movimientos va en aumento, sus manos cogen mi cara, noto el vibrar de su cuerpo encima del mío, sus ligeros gemidos junto a mi oído. Aumentan, cada vez mas rápido, cada vez mas fuertes. Cualquier indicio de autocontrol que me quedase se ha perdido, la aferro por la cintura, fuerte, mis dedos se clavan en su piel. Yo también participo en el momento, cada vez más y más.
Se acerca el momento, el desenlace, el final de lo que serán mis días. Todo se acelera, me siento cada vez más débil y mareado, pero no puedo parar. Se echa para atrás permitiéndome ver sus pechos moviéndose rápidamente, tersos, suaves. Ya no puedo mas, voy a perder el conocimiento, los gemidos se han convertido en gritos de placer. Todo da vueltas. Exploto, explota, dolor en el cuello. Mi vida se va, todo se apaga.
Placer, acaso no hay una muerte más dulce……..